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Hayedo de Rasillo

Ruta sin dificultad de aproximadamente 7 km y dos horas y media de duración. Su recorrido se hace por pistas y oscila entre los 250 y 650 metros de altitud.

El hayedo de Rasillo es otro de los espacios naturales del valle del Pisueña donde se reflejan las características del bosque húmedo de Cantabria, caracterizado por la sucesión en altura de las distintas especies arbóreas que lo caracterizan. Está asentado en una ladera orientada al nordeste, bien abastecida de humedad y relativamente sombría, entre los 300 y 650 metros de altitud, aproximadamente

La ruta comienza en el pueblo de Rasillo (municipio de Villafufre). Hasta ahí llegamos siguiendo la carretera que viene de Villacarriedo a Soto Iruz. A apenas 500 metros de pasar el alto de San Martín, nos desviamos a la izquierda para tomar la carretera que nos lleva a Rasillo. Nos encontraremos con un pequeño pueblo, de apenas 50 vecinos, que conserva la arquitectura tradicional de la comarca. Al llegar al pueblo, se identifica claramente el bosque por donde discurre la ruta, cuyo comienzo está señalizado con un indicador de madera que nos dirige hacia la derecha por un camino ancho, compacto y bien marcado, que no debemos abandonar en toda la ruta, y que permite atravesar la sierra hasta el valle de Toranzo, hasta la orilla del río Pas.

Conforme llegamos a Rasillo, atravesamos una zona relativamente llana, ocupada por parcelas cultivadas. Aunque la mayoría se destinan a forraje para el ganado, no olvidemos que la principal actividad económica del lugar es la ganadería, en la zona más próxima al pueblo abundan los huertos domésticos y, entre ellos, algunas pequeñas extensiones dedicadas al cultivo de maíz.

En este tramo de suelos arcillosos, profundos y fértiles, la vegetación arbórea está mayoritariamente compuesta por fresnos, aunque no dejan de aparecer robles, avellanos, saúcos, sauces y entre las especies con fruto apreciado higueras, manzanos, nogales y castaños. Todos ellos se desarrollan aquí de forma espontánea, aunque la intervención humana a lo largo de los años ha favorecido la conservación del fresno como acompañante casi exclusivo de los terrenos dedicados al pastizal, en detrimento de otras especies que se han visto relegadas a ocupar los linderos de las fincas y las márgenes de caminos y carreteras.

Comenzamos a subir hacia el bosque y apreciamos los primeros cambios en la vegetación. La abundancia de los robles aumenta progresivamente a expensas de la desaparición total de los fresnos, al tiempo que aparecen las primeras hayas, aunque con caracter muy aislado entre la masa boscosa.

Transitar fuera de la pista se hace dificil a causa de la abundancia de sotobosque, pero podemos adentrarnos un poco y aprovechar alguna de las sendas hechas por el ganado y poder observar así más detenidamente toda la hermosura del robledal. En él predominan los ejemplares de gran porte, añosos, de copa extensa y ramaje retorcido.

La importancia del bosque de Rasillo como recurso económico ya se manifestaba en el año 1850, en el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz, donde se alude a su interés forestal y económico.

Tras media hora de camino en suave ascensión se produce una nueva transición hacia la fisonomía propia del hayedo. Esta especie empieza a destacar en número de ejemplares respecto de las otras especies presentes Por encima de los 550 metros de altitud encontramos ya hayas de gran porte y escasez total de sotobosque.

A pesar de la notable altura que alcanzan estos árboles, su raíz principal no penetra verticalmente en la tierra, sino que se divide y ramifica horizontalmente en la superficie del suelo, formando una red perfectamente visible.

Atravesamos ya la última parte de la ruta. El camino alcanza el borde exterior del bosque, lo que nos deja ver el intenso aprovechamiento que se ha llevado a cabo en la zona alta de la sierra, donde alternan pinares cultivados y brañas para que paste el ganado durante la primavera y verano.

Ya fuera del bosque la pista continua hasta una cabaña ganadera. Aquí damos vuelta y regresamos a Rasillo siguiendo el mismo camino, lo que nos permitirá recrearnos en algunos detalles del bosque.